Cuando llevaba un par de años practicando Aikido, coincidí con un grupo de japoneses. Mi extenso vocabulario en japonés (izquierda, derecha, mano, hombro, y poco más) les impresionó, así que me preguntaron cómo es que sabia algunas palabras en su idioma. Cuando les dije que practicaba Aikido se empezaron a reír: “Eso es de mujeres”. Obviamente no era una encuesta, ni los japoneses con los que hablé habían practicado Aikido. Pero entiendo perfectamente que para algunas personas el Aikido tiene un componente importante de lo que socialmente se suele considerar “femenino”, en contraposición a otras artes marciales como el Kendo o el Karate.
Sin embargo, en la práctica cotidiana he coincidido con pocas aikidokas. En los últimos años se empiezan a escuchar grandes Maestras, como Okamoto Yoko Sensei, Janet Clift Sensei, o Micheline Tissier Sensei, por nombrar algunas. Y en España también tenemos instructoras de nivel considerable. Quizás no es sorprendente si se considera que la sociedad está evolucionando hacia la paridad de los sexos en todos los ámbitos, o mejor, en la desaparición de cualquier distinción entre sexos.
Pero en el caso concreto del Aikido, ha habido mujeres practicando desde el inicio. Entre los primeros estudiantes de O-Sensei estaba Naohi Deguchi. Ella contaba que: “Él no hacia concesiones para las mujeres que entrenaban, y trataba a hombres y mujeres de la misma forma durante la práctica. Era duro para nosotras, pero apreciábamos que no se nos hiciera sentir inferiores” 1.
Algo parecido contaba Takako Kunigoshi, quien era frecuentemente llamada para demostrar la eficacia de las técnicas frente a sus compañeros masculinos. La Srta. Kunigoshi era una artista y realizó el cuadro de O-Sensei que se muestra al lado de la fotografía, en 19351.
También ilustró un manual de publicado en privado por O-Sensei en 1933, llamado Budo Renshu1.
Otro ejemplo es Fukiko Sunadomari2. En 1950 se unió a Aikikai Hombu Dojo, fue una de las primeras instructoras del Hombu Dojo y la única mujer en recibir el 6° Dan de manos de O-Sensei.
Así pues, estos ejemplos ponen de manifiesto que las mujeres han formado parte del Aikido desde el principio. Entonces, ¿Cuál es la razón por la que no hay más mujeres en Aikido? Otras Artes Marciales suelen tener una proporción de género más equilibrada. ¿Es porque no lo fomentamos específicamente?
Bibliografía y notas
1.- Invincible Warrior: A Pictorial Biography of Morihei Ueshiba, the Founder of Aikido by John Stevens. SHAMBHALA, Boston & London 2014. eISBN 978-0-8348-3016-5
2.- https://www.instagram.com/aikidodigital/
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